I. Repatriación de prisioneros de guerra 1919-1922
Después de la Primera Guerra Mundial, cientos de miles de prisioneros de guerra aún no habían sido repatriados entre Rusia y Europa Central. Por lo tanto, la Liga de Naciones lanzó una importante iniciativa humanitaria dirigida por Nansen. En poco menos de dos años se repatrió a 427.886 personas. De estos, 406.091 fueron trasladados a través de la región del Báltico.
II. Refugiados de la Guerra Civil Rusa
La revolución y la guerra civil desgarraron a Rusia desde 1917 hasta principios de la década de 1920. La Guerra provocó el desplazamiento de alrededor de dos millones de personas, incluidos innumerables niños. Decenas de miles de ellos se establecieron en los países bálticos recientemente independizados o en ciudades como Londres, Belgrado, París y Berlín. En 1921, los esfuerzos internacionales formales para ayudar a los refugiados rusos comenzaron cuando el Comité Internacional de la Cruz Roja apeló a la Sociedad de Naciones para que los ayudara.
III Hambruna rusa y misión Nansen.
Después de los campos de exterminio de la Primera Guerra Mundial, los disturbios políticos en Rusia y otros lugares, y la propagación desenfrenada de enfermedades entre las comunidades exhaustas, llegó la amenaza de escasez de alimentos que puso en riesgo a unos 32 millones de vidas en Rusia, Ucrania y Georgia. En 1921, además del caos político que provocó el colapso de los servicios de salud existentes, la región experimentó una sequía devastadora que condujo a una hambruna generalizada. Miles de aldeas fueron abandonadas por sus desdichados habitantes, quienes fueron a buscar comida donde pudieran esperar encontrarla. Sobrevivieron a base de hierba, matas de tierra, animales domésticos … e incluso carne humana. En junio de 1921, Lenin reconoció la tragedia que se avecinaba y el escritor Gorki pidió ayuda al mundo.
En dos semanas, Nansen había llegado a un acuerdo con las autoridades soviéticas para la distribución de ayuda. El acuerdo otorgó a la comisión de Nansen el derecho de traer al personal que necesitara, y garantizó la libertad de movimiento y acción. Dentro de este enfoque coordinado, la Administración de Ayuda Estadounidense fue uno de los primeros grupos en movilizarse, organizando un programa de alimentación para un millón de niños. En noviembre, medio millón de vagones de ferrocarril llenos de alimentos y medicinas habían llegado a la región afectada.